martes, 19 de agosto de 2014

Lo que viene para el Procurador




El prontuario -sí, prontuario, la definición que se le da al historial del victimario- del procuraGODO que tiene Colombia como individuo encargado de vigilar, regular y juzgar las actividades del ejecutivo es extenso, casi tal como el nivel de inquisidor de su ser. Este personaje tiente tras sí numerosos casos que pueden considerarse como actuaciones casi del medioevo. En una estancia en Santander, entró a un recinto universitario y ordenó relegar de sus librerías todo libro de tendencia marxista, a la vez que impuso que en los mismos estantes se ubicaran doctrinas teológicas de cosmovisión. De ese estilo han sido innumerables actuaciones suyas que evocan las actuaciones vividas en la edad media de parte del clero. Y es que este señor debe considerarse perteneciente al clero cristiano extremista. Se aprovecha de su cargo dentro del Ministerio Público para descabezar individuos elegidos democráticamente que no son afines con su cosmovisión goda-cristiana-extremista alegando actuaciones en estos que resultan mínimas como para concebir su destitución del cargo ejecutivo. Ahora se ha venido concibiendo la idea de que es factible una destitución del Procurador tras su reciente reelección, esto debido a que la Constitución concibe únicamente la reelección para cargos públicos, y no para cargos privados, como resulta el de Procurador, que es un ente de control no elegido democraticamente. Así, resulta factible que este señora que busca encausarse en el Ministerio Público a fín de obtener un poder ''divino'' que le confiera cualidades de inquisidor no violento más sí anti democrático esté frente a sus últimos días como jefe del ministerio público. Para bien de un Estado donde la democracia tan afectada se ve por inferencias privadas, resulta de suma importancia la destitución de semejante individuo tan sumamente retrógrado. 

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