El pasado 7 de Agosto dio inicio oficialmente a su segundo mandato presidencial el honorable presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón. Inicia en período crucial que sin duda marcará la historia de Colombia en cuanto a un nuevo proceso de Paz. Y es que es apodíctico. O el tratado de paz se firma, y entonces el presidente Santos pasa a la historia como el individuo en cuyo mandato se dió fin al conflicto armado, o será un presidente más que se unirá al grupo de fracasados en los procesos de paz adelantados, entre los cuales están Belisario Betancour y Andrés Pastrana. Creer o no en el triunfo del proceso de paz es un dilema; son muchas las condiciones que llevan a creer que la firma será un reparto de beneficios para las FARC y un momento donde se negará la responsabilidad de las FARC en actos de lesa humanidad; podrían no ser juzgados aunque cabe destacar que en todo pacto ambas partes tienen que ceder para llegar a un común acuerdo. Falta por verso un largo trecho en el proceso, que incluye a las víctimas...
Este nuevo período presidencial parece que va a encaminarse en tres 'Locomotoras', como dominó a su plan de gobierno de la campaña anterior. En el discurso de posesión emanado el 7 de Agosto, Santos expuso: “Una paz total no es posible si no hay equidad. Y la única forma de lograr la equidad a largo plazo es tener una población bien educada”. En este aparte pueden encontrarse las tres locomotoras: Paz, Educación y Equidad. Desgranando un poco este aparte puede intuirse desde ahora que el futuro político colombiano vivirá en discordia por cuatro años más. El tema de la paz tiene grandes detractores desde amplias partes del burgo. La búsqueda es complicada y sobre todo en la 'etapa final' en la que dicen se encuentra el proceso. El tema de cese al fuego bilateral, de la entrega de armas de las FARC, del reconocimiento y del perdón a las víctimas, y demás etcéteras que determinan los 'cartuchos finales' de esta guerra que parce interminable darán de que hablar entre la comunidad política colombiana.
En la Educación, la nueva ministra de la cartera tiene una labor difícil: Dar luz a la Reforma de la Ley 30, que par de años atrás hizo entrar a paro al estudiantado universitario del país y la cual promulgaba por un ajuste en el patrimonio destinados a la Educación Superior y la manera en que se establecería jurídicamente las mismas. Está por verse también que causará el impulsó que desde la casa de Nariño busca dársele a la Reforma, que poco o nada ha cambiado de aquella de las protestas; se le ha 'maquillado'; desde que no se socialice con el estudiantado de las universidades públicas del país o bien sus representantes las reformas, no puede pretenderse realizar una que impulse el desarrollo estudiantil del país y lo encamine hacia una sociedad con bases educativas firmes y participativa de su contexto político, social, económico, cultural, educativo etcétera.
El tema de Equidad debe ser el que más trabajo debe el gobierno guiarle para la consecución de sus objetivos planteados. Este tema incluye un amplio debate sobre los índices de desigualdad social tremendos que presenta nuestra comunidad colombiana. El 25% de la riqueza total de los colombianos radica en el 1% de la población total, mientras gran parte de la comunidad laboral colombiana se ve obligada a recurrir a métodos alternativos de trabajo, llámese Prostitución, Delincuencia Común, BACRIM, venta de alucinógenos o bien al mercado informal, el popular 'rebusque', las ventas ambulantes, la parte administrativa de la sociedad burguesa dedica sus ganancias a la explotación laboral de sus empleados 'formales', sometidos a extensas jornadas laborales, a la par del incremente de sus recursos y del aprovechamiento de las ventajas que le brinda la economía neoliberal, donde los pequeños productores nativos no tienen capacidad de competencia frente al producto exterior, viéndose obligado a las labores ya mencionadas.
Todo esto debe tomar en cuenta el gobierno Santos si busca que los elevadísimos índices de desigualdad social y económica se reduzcan, pasando por el quite de la tierra a los grandes terratenientes que participan en política y que evitan que reformas como las que pretende instaurar Santos en sus tres 'Neolocomotoras' se lleven a cabo.
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